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¿Dejarán que hablen por ustedes?

La estrategia de los de siempre para que todo siga igual

Publicado: 2020-11-18

En la mañana del día de la asunción presidencial de Sagasti, prendí la radio. En RPP entrevistaban a una joven que desactivó bombas lacrimógenas en las marchas. También conversaron con otro joven de la brigada de médicos voluntarios. Les hablaban con admiración, con reconocimiento, felicitando su valentía. Mauricio Fernandini (siempre impostado) los inundaba de halagos y tuvieron largos minutos de intervención. Eran el centro del programa “Encendidos”.

Al mismo tiempo, varios canales de televisión vienen hablando con orgullo de la "Generación del bicentenario". Todos los políticos, comenzando por los congresistas actuales y pasando, por supuesto, por todos los candidatos presidenciales, apelan a su heroísmo, a su fortaleza. Los felicitan y se acongojan con la memoria de los dos jóvenes asesinados.

Incluso, Entel puso en sus celulares estos días de marcha un hashtag alusivo a esta generación y no pasará mucho para que comiencen a salir spots publicitarios apelando a este segmento del mercado. ¿Quizá vendiendo "celulares bicentenario"? ¿Acaso paquetes financieros? Ya lo veo: “porque somos un pueblo luchador [imágenes de la protesta], que no se cansa [un joven con una bandera], apoyamos tu emprendimiento con cómodas tasas de interés”.

Entonces me quedo desconcertado y me pregunto: ¿Es que una lucha que cuestionó directamente el orden establecido y desafió al Estado, donde miles de jóvenes se enfrentaron a la policía en las calles y pusieron el cuerpo y la vida, de pronto es felicitada por medios de comunicación que defienden ese orden, por empresas que se benefician de ese orden y por políticos que administran ese mismo orden?

Por supuesto, sabemos que este es un desfile de hipocresía, pues ese mismo orden ha matado en los últimos años a más de un centenar de peruanos en conflictos sociales y esa prensa, hoy condescendiente, ha tratado como criminales a los manifestantes. ¿Ya olvidamos sus titulares del tipo “manifestantes se enfrentaron a la policía”?

Doble moral, hipocresía, sí. Pero debemos estar advertidos de algo más. Esta es una estrategia por apropiarse y vaciar de contenido estas marchas masivas, por limarle los dientes, por domesticarlas y por escribir la historia de lo que pasó desde el 10 de noviembre pasado.

Es un intento por construir un relato carente de contenido político donde la “generación del bicentenario” supuestamente luchó contra un gobierno usurpador para que vuelva el orden y la calma, para que retorne la normalidad. Es una palmadita en el hombro de los jóvenes para decirles muy bien muchachos, ahora seguiremos adelante sin que nada cambie, muchas gracias.

Lo que viene es una fuerte disputa de relatos sobre lo que “pasó” estos días. Así, en pasado, pues, para ese relato que hoy quiere imponerse, la cosa ya acabó, no hay más por qué luchar.

Desde periodistas y políticos hasta analistas mediáticos e influencers, intentarán darle una voz inofensiva, domesticada, a este proceso. (Quizá hasta Gianmarco saque una canción). Los que tienen el poder querrán contar la historia. "Ganó la institucionalidad", "ganó la democracia", "volvemos a la calma, gracias chicos".

Pero yo le pregunto a los jóvenes que salieron, ¿compañeros, para eso salieron? ¿Salieron para que otros hablen por ustedes? ¿Salieron para salvarle el pellejo a un orden decadente? ¿Inti y Jack murieron para que todo siga igual, solo que con más marketing y con otros nombres? 

¿Salieron para que las instituciones y la Constitución de este sistema político corrupto sigan ahí, igualitas, como si nada hubiera pasado? ¿Salieron a arriesgar la vida para cambiar a un torpe Merino por un aristocrático Sagasti? ¿Salieron para que siga la misma policía que mata en los conflictos sociales hace décadas, solo que adornada con poemas de Vallejo?

¿Para eso salimos, los de mi generación y la suya? ¿Para que conviertan estas manifestaciones masivas en una anécdota, en una barra de fútbol, en un corso nacional de fiestas patrias?

Es necesario disputar ese relato, expresar con claridad una voz propia, convertir el estallido en organización y seguir adelante luchando. Tomen la palabra, compañeros, sigan firmes. El Perú puede comenzar a cambiar, pero hay quienes con estas felicitaciones falsonas quieren que no suceda.

Y esto, mucho cuidado, es más peligroso y eficiente que la represión.


Escrito por

omarcavero

Licenciado en Sociología y Magíster en Economía. Docente en la PUCP. Militante del Movimiento Socialista Emancipación.


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Lo estamos pasando muy bien.

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